La empresa y el capital privado

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Una de las formas de invertir es la de otorgar préstamos a terceros, es decir: si se posee una cierta cantidad de efectivo, podemos obtener una buena rentabilidad en un plazo no demasiado largo y, en el peor de los caso, recuperamos la suma inicial.

Por supuesto que esto no quiere decir que se prestará el dinero al primero que se cruce en nuestro camino. Debemos contar con el asesoramiento de personas idóneas en el asunto, un banco o una consultora financiera nos dará una idea  de los aspectos legales.

Si las cosas se hacen bien hechas, se puede conseguir un interés de 10 a 15%, y, lo más importante es que se corren pocos o casi ningún riesgo, si se respetan algunos principios:

-Siempre se debe tener un respaldo, una garantía por el monto que vamos a prestarle al solicitante. Esto puede estar compuesto por bienes inmuebles (propiedades).

-La suma a invertir nunca debe ser mayor al 25% del valor de la garantía pues en caso de que no se haga efectivo el pago o no se llegue a un acuerdo, el valor de la propiedad cubre el préstamo y los intereses.

-Tener los términos claros, transparentes, nos ayudará a tener una ganancia y contar con los datos del solicitante nos garantizará  el cobro de cuotas y contactarlo si surgen imprevisto.

Como cuestión moral podemos decir que todos podemos decir que imprevistos sufrimos todos y se buscará nunca llegar a liquidar la garantía si no hay acuerdo inmediato por morosidad.

 

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