Cuando el ritmo de la economía comienza a caer y, unos y otros se contagian, todo empieza a ser más lento. El mercado comienza a deprimirse pero, hay otros que no negando esta situación la encaran, pensando ya en nuevas alternativas. Buscando un modelo, inventando estilos que hagan que ése dinamismo económico vuelva poco a poco a su cauce normal. Es como, si los clientes no van a por los libros del escaparate… entonces, irán a por los clientes los libros. El corredor de desarrollo es eso: desarrolla, crea, ayuda en momentos de desconcierto económico a establecer nuevas formas, estilos y alternativas. Para sí y para no resentir las ventas de nuestros bienes y servicios, más allá de las nuevas tecnologías.
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