Rudyard Kipling, sin ser emprendedor ayudó con su poesía a muchos: » Si guardas en tu puesto, la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida. Si tienes en ti mismo una fé que te niegan y no desprecias nunca las dudas que otros tengan…» No fueron escritas estas palabras para ellos, pero se adaptan muy bien para solidificar el espíritu emprendedor.
Hasta la próxima – López Conde & Asociados-